This trip has been the best experience of my life, by far.

I got my first impression of Russian culture in Moscow. Almost all the people in the airplane going to Yakutsk with us had the physical traits of the native Siberian. That’s when it hit me: “This is really happening, I am on my way to Siberia, there’s no going back”. When we landed in Cherskiy, we were greeted by mosquitoes, a lot of them… That’s why here, bug shirt and bug spray are your best friend.

I feel like I have been here for a long time, because we have been doing a lot of different things every day. We have been doing rotations with scientists on their projects, learning the working techniques of each one. I drilled cores of permafrost, put sensors in the trees, made a census of animal traces (looking for poop), placed gas chambers in the ground to measure CO₂ fluxes, swam in the Panteleikha, talked about ideas for my own project, saw an owl, and jammed on the barge until late in the night. But the most remarkable thing was seeing snow for the very first time on Rodinka Mountain. We went in two cars. Mine was the last one, so when we walked to the top of the hill to get to the snow, almost everybody was waiting for me with snowballs in their hands, so yeah… I had my first snowball fight in July on a Siberian mountain. It was something that I will never forget in my life.

P.S. I could not resist the temptation to eat a snowball.

First Snow!

En Español

Este viaje ha sido la mejor experiencia de mi vida, por mucho.

Tuve la primera gran impresión con la cultura rusa en Moscú, donde casi todas las personas en el avión hacia Yakutsk tenían los rasgos físicos de los nativos siberianos. Ese fue el momento cuando dije: “Esto realmente está pasando, estoy en camino a Rusia, ya no hay vuelta a atrás”. Una vez llegamos a Cherskii, nuestro primer anfitrión fueron los mosquitos, muchos mosquitos. Es por eso que aquí el “bugshirt” y el repelente se convierten en tus mejores amigos, seriamente.

Siento que he estado aquí muchísimo tiempo, ya que hemos estado haciendo muchas cosas diferentes todos los días. Hemos estado rotándonos, trabajando con los proyectos de cada uno de los investigadores principales, así aprendíamos las diferentes técnicas de cada uno, y sobre qué tema es cada uno de sus proyectos. He taladrado y extraído núcleos de permafrost, he hecho censo de rastros de animales (buscar excreta), he puesto cámaras de gases en el suelo para medir el flujo de CO₂, he nadado en el río Panteleikha, he conversado sobre ideas para mi proyecto, he visto un búho, he ‘jamiado’ hasta tarde en la noche en la barcaza. Pero una cosa que ha sido la más memorable hasta ahora fue ver un paquete de nieve en la Montaña Rodinka. Fuimos en dos caros, yo estaba en el segundo, así que cuando caminamos colina arriba casi todos me estaban esperando con pelotas de nieve en las manos, así que sí…tuve mi primera guerra de pelotas de nieve en un mes de julio en una montaña de Siberia. Realmente fue una experiencia que jamás en mi vida olvidaré.

P.D. No pude resistir la tentación de comerme una pelota de nieve.